¿Se imaginan un entrenador extranjero dirigiendo al seleccionado argentino? La verdad que hoy por hoy, parece algo casi imposible. Sin embargo a lo largo de más de 100 años de historia, fueron tres los técnicos que estuvieron al frente de la “albiceleste” que no nacieron en territorio argentino.
El primero en tener ese honor fue José Lago Millán. El español estuvo al frente del combinado nacional en 1927 y 1928, donde dirigió en total 13 encuentros, cosechando ocho triunfos, tres empates y dos derrotas. Se inició en el Pontevedra Sporting Club, club de su ciudad natal, donde practicó fútbol y ciclismo, deporte en el que en 1912 fue campeón de Galicia. En 1927 llevó al seleccionado argentino a consagrarse campeón invicto del Campeonato Sudamericano de Perú -lo que actualmente es la como Copa América-, con tres triunfos en igual cantidad de presentaciones, convirtieron 15 goles y recibiendo solamente cuatro. Venció 7 a 1 a Bolivia, 3 a 2 a Uruguay y 5 a 1 a Perú.
“No es ningún secreto el sistema de entrenamiento que seguí. Desde que salimos de Buenos Aires y durante la estancia en Lima hicimos lo mismo. Fue clave la vida metódica de que hice referencia: no beber; fumar lo menos posible; no tomar excitantes. En cuanto a los ejercicios, les hacía alternar pruebas atléticas, tales como sprints, marchas cortas, saltos, con partidos de básquetbal, vóley, tiros al arco, y una vez por semana, hacíamos un picado. Diariamente hacíamos gimnasia. Con todo ello, los muchachos obtuvieron un excelente estado de preparación que, unido al entusiasmo que tenían, les dio la victoria”, contó en esa época Lago Millán, que emigró cuando tenía 13 años a la Argentina, donde se recibió como preparador físico.
Gracias a ese título, Argentina se ganó el derecho a participar en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928, donde logró la medalla de Plata.
En esa época, la principal función del DT era la preparación física, mientras que las cuestiones tácticas se resolvían dentro de la cancha. El arquero fue Ángel Bossio (proveniente de Talleres de Remedios de Escalada), mientras que la defensa estaba integrada por Fernando Paternoster (Racing), Juan Evaristo (Sportivo Palermo), Segundo Médici (Boca) y Ludovico Bidoglio (Boca); en la mitad de la cancha se desempañaba Luis Monti (San Lorenzo). En la delantera jugaban cinco futbolistas: Roberto Cherro (Boca), Manuel Ferreira (Estudiantes de La Plata), Raimundo Orsi (Independiente), Domingo Tarasconi (Boca) y Alfredo Carricaberry (San Lorenzo).
Antes de la final de los Juegos, Argentina llegó goleando a sus rivales: 11 a 2 a Estados Unidos en el debut, 6 a 3 a Bélgica en cuartos de final y 6 a 0 a Egipto en semifinales. En la final, cayó ante Uruguay. El primer partido terminó 1 a 1 y el desempate quedó para los charrúas por 2 a 1.
En 1934, el italiano Felipe Pascucci se convirtió en el segundo extranjero al suceder a la dupla integrada por Francisco Olazar y Juan José Tramutola. Nació el 24 de junio de 1907 en Génova y practicó lucha libre, esgrima, tenis y gimnasia sueca.
Llegó a nuestro país para dirigir a clubes de la talla de Estudiantil Porteño, Sportivo Barracas y River. En el “millonario” estuvo hasta 1933 y gracias a los buenos resultados que había obtenido en los tres clubes, fue contratado por Ernesto Malbec, por entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, para ir al Mundial de Italia 1934. A ese certamen, Argentina fue con futbolistas aficionados y de competiciones regionales, ya que recién estaba en proceso de profesionalizarse el fútbol en nuestro país.
En el Mundial no hubo zonas de grupos y todos los cruces fueron por octavos de final, donde la Selección cayó por 3 a 2 ante Suecia y de esta manera se quedó eliminada tras disputar un solo partido.
El equipo dirigido por Pascucci arrancó ganando con un tanto de Ernesto Belis, pero Sven Jonasson llegó al empate a los 9’. En el arranque del complemento, Alberto Galateo volvió a poner en ventaja a la Argentina, que parecía que se iba a quedar con la victoria. El empate a los 22 minutos por intermedio de Jonasson y Knut Kroon fue el encargado de darle la victoria al conjunto europeo a los 34’.
Debido a las duras críticas, Pascucci decidió quedarse en Italia y no regresó al país con la delegación. Así fue que terminó su corto ciclo como entrenador de la “albiceleste”. Murió el 18 de diciembre 1966 a raíz de un colapso cardíaco en un avión que regresaba desde Zagreb mientras era preparador físico del equipo de waterpolo de Pro Recco.
Renato Cesarini fue el tercer y último entrenador extranjero que estuvo al frente del seleccionado argentino. Nació el 11 de abril de 1906 en Senigallia, un municipio del este italiano. Vivió pocos meses en Europa y se trasladó con su familia a nuestro país. Se radicó en Buenos Aires, donde creció y se formó futbolísticamente.
Como futbolista fue uno de los mejores de sus tiempos y se lo recuerda por haber brillado en Chacarita Juniors, River y Juventus. Jugó solamente dos partidos para el seleccionado argentino, mientras que para el combinado de Italia lo hizo entre 1931 (debutó el 25 de enero de ese año en el triunfo por 5 a 0 ante Francia) y el 11 de febrero de 1934.
En 1967 tuvo un breve paso como DT de la Selección, en una época en la que hubo ocho técnicos en cinco años (entre 1966 y 1970). Estuvo por muy poco tiempo al mando del combinado nacional y solamente dirigió en cinco partidos, en los que ganó uno, empató otro y perdió en tres ocasiones.
Argentina, que es cuna de grandes entrenadores y que cuenta con varios técnicos a cargo de otros seleccionados, supo tener en un tiempo bastante lejano tres extranjeros al frente de la “albiceleste”.